AL BORDE DEL PRECIPICIO

Cuando hoy he conocido la encuesta de población activa y he visto que en el primer trimestre de 2011 han pasado a engordar las listas del paro 213.500 personas y que al finalizar el mes de Marzo ya hay en en España 4.910.200 parados que quieren trabajar y no pueden, he sentido interiormente un profundo malestar al comprobar que casi todos los telediarios comenzaban sus emisiones con la noticia de la boda Real Inglesa del Príncipe Guillermo con Catalina Middleton, que desde hoy en adelante será “Su Alteza Real la Duquesa de Cambridge”, relegando a un segundo plano la noticia más preocupante para todos los españoles y dedicándole sólo unos minutos a la principal noticia que la mayoría de las familias esperaban conocer para ver si habíamos comenzado o no a recuperarnos. No ha podido ser. Ha aumentado de nuevo el paro y con ello el número de dramas familiares e infinitas dificultades para poder hacer frente a la hipoteca de la vivienda, gastos mensuales de agua, luz, teléfono y, los más importantes de todos, vestir y dar de comer a sus hijos.

Cada vez se nos dice que ya hemos tocado techo y, seguramente, éste debe ser de espuma, porque sólo con acariciarlo lo traspasamos continuamente, año tras año, y siempre se nos continúa diciendo la misma frase el mismo día de romperlo: “Hemos tocado techo y la recuperación y la creación de empleo es cuestión de meses”, pero el paro sigue aumentando.

¿Hasta cuando tendremos que seguir escuchando esas palabras que no llegan a hacerse realidad para que muchos de los jóvenes preparadísimos que tenemos en España comiencen a poner sus ideas en práctica y no lleguen a pensar en marcharse al extranjero? Ya casi no existen familias que se libren de esta lacra, llamada paro, por lo que las preguntas me brotan a borbotones y son tantas que rellenaría páginas y más páginas para escribirlas todas. Sólo voy a hacer algunas para dar una poca de luz a este escrito:

¿Por qué sus Señorías Europeas, Nacionales, Autonómicas, Provinciales, Municipales y otras más, no dejan de cobrar esas ingentes cantidades de dinero que con sólo la paga de una de ellas y de las que los rodean podían trabajar veinte o más personas al año?. ¿Por qué no disminuyen sus dietas, sus banquetes y sus reuniones de trabajo, que muchas veces no son tales? Por qué existen tantos miles de coches oficiales que a veces en un corto trayecto de la carretera te cruzas con varios de ellos?. Y ¿Por qué a todos esos sinvergüenzas que han metido las manos en donde no debían, apropiándose de lo que es de todos, no los juzgan rápidamente y les hacen devolver el doble de lo que se llevaron además del cumplir el castigo que las Leyes les impongan antes de que prescriban?

Perdonadme si me siento desmoralizado mirando el panorama por el que estamos atravesando, pero no veo la salida del túnel como tampoco a nadie que pueda sacarnos de esa oscuridad en que nos han metido. Ya confío solamente en que de nuevo se vuelva a repetir el milagro de la multiplicación de los panes y los peces que Jesucristo tuvo que hacer para dar de comer a aquella multitud hambrienta que le seguía a todas partes, pero de momento no veo a ningún político que tenga esa capacidad de hacer milagros para colocar a tanta persona en el lugar de trabajo que hace unos años ocupaba. Espero que todos los políticos comiencen a pensar en el bienestar de su pueblo y no en el suyo propio, porque si seguimos de esta manera, también su bienestar puede acabarse de un día para otro. Juan Montes Checa.