Aunque todas las reglas tienen sus excepciones creo que, a casi todas las personas que residimos a lo largo del año en este bello y encantador pueblecito, este mes de Agosto se nos ha pasado más rápido de lo que nosotros hubiéramos querido, saludando a los que nos habéis visitado durante estos días. Pero lo triste ha llegado ahora, no sólo para vosotros que tenéis que regresar de nuevo a vuestros lugares de residencia sino también para los que nos quedamos otro año más sin ese bullicio callejero, sin esas calles repletas de coches y sin esos acompañantes en nuestros paseos matinales. De nuevo nos encontramos con esa agobiante soledad, con esas desérticas calles que muchas veces atravesamos sin encontrarnos un alma en todo el recorrido y con esas innumerables viviendas cerradas a cal y canto de las que no tenemos la esperanza de ver salir a nadie.
Todo vuelve de nuevo a su rutina habitual y a esperar al siguiente verano para poder contarnos las alegrías por las que pasaremos y también las penas por las que la vida se encargará de poner en nuestro camino.
Un año es corto pero a la vez es muy largo cuando se espera con tanta ilusión este encuentro. Por eso ahora, al marcharos las “aves migratorias”, la melancolía vuelve a apoderarse de nosotros cuando día tras día vamos echando en falta a las familias que van partiendo sin enterarnos. ¡¡Y menos mal que no tenemos que despedirlas porque eso sí que sería para nosotros un calvario!! Nos enteramos de su marcha porque, poco a poco, los coches van desapareciendo de sus aparcamientos habituales. A pesar de todo un rayo de esperanza comienza a iluminar nuestros rostros al pensar que ha comenzado la cuenta atrás para poder volvernos a encontrar. ¡¡¡Buen viaje a todos y un fuerte abrazo para los que nos habéis visitado y habéis compartido estos días con nosotros!!!
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